VACACIONES
VACACIONES EN GALICIA.
Yo también he decidido tomarme unas vacaciones y me he ido a mi pueblo, en la mas al norte de las rías bajas, Galicia, que en julio y agosto es el paraíso.
Galicia es mágica, tanto en invierno como en verano, pero si el invierno es melancolía, ahora su magia es alegre, esplendida, exuberante, vital. Y en las rías mas todavía, porque al verde, seña de identidad de mi tierra, se une el azul de un mar que en estos meses nos brinda su cara mas apacible, mas luminosa mas encantadora.
Y por aquí estoy, compartiendo con mis amigos de siempre, paseando por los antiguos caminos de carro que recorren los bosques, por los acantilados que separan las playas, disfrutando de los familiares e inconfundibles olores del monte y de la marea baja que olía de pequeño y ajustando el ritmo de mi corazón y mi mente al mundo amable y relajado de mi pueblo marinero.
Si tenéis la oportunidad de viajar a Galicia no la dejéis pasar, dejaros las prisas en casa y visitar la costa oeste, desde Finisterre a Portugal, con animo de descubrir, no de recorrer, contando siempre con que la gente se desvivirá por ayudaros a la mínima cosa que necesitéis y pararos a sentir cada vez que notéis que algo atrae vuestra atención.
Preparad vuestros cinco sentidos para disfrutar de todos ellos, vista, oído, tacto, gusto y olfato, porque para ellos tenéis placeres aquí y también del sexto, el mágico, ese que os va a decir que hacer en cada momento, porque si os dejáis guiar por el, conectareis y formareis parte vosotros también de la magia de mi tierra. Un abrazo para la gente honesta y carbón para los sinvergüenzas. Nos vemos en septiembre.
Yo también he decidido tomarme unas vacaciones y me he ido a mi pueblo, en la mas al norte de las rías bajas, Galicia, que en julio y agosto es el paraíso.
Galicia es mágica, tanto en invierno como en verano, pero si el invierno es melancolía, ahora su magia es alegre, esplendida, exuberante, vital. Y en las rías mas todavía, porque al verde, seña de identidad de mi tierra, se une el azul de un mar que en estos meses nos brinda su cara mas apacible, mas luminosa mas encantadora.
Y por aquí estoy, compartiendo con mis amigos de siempre, paseando por los antiguos caminos de carro que recorren los bosques, por los acantilados que separan las playas, disfrutando de los familiares e inconfundibles olores del monte y de la marea baja que olía de pequeño y ajustando el ritmo de mi corazón y mi mente al mundo amable y relajado de mi pueblo marinero.
Si tenéis la oportunidad de viajar a Galicia no la dejéis pasar, dejaros las prisas en casa y visitar la costa oeste, desde Finisterre a Portugal, con animo de descubrir, no de recorrer, contando siempre con que la gente se desvivirá por ayudaros a la mínima cosa que necesitéis y pararos a sentir cada vez que notéis que algo atrae vuestra atención.
Preparad vuestros cinco sentidos para disfrutar de todos ellos, vista, oído, tacto, gusto y olfato, porque para ellos tenéis placeres aquí y también del sexto, el mágico, ese que os va a decir que hacer en cada momento, porque si os dejáis guiar por el, conectareis y formareis parte vosotros también de la magia de mi tierra. Un abrazo para la gente honesta y carbón para los sinvergüenzas. Nos vemos en septiembre.